A partir de los 6 meses, cuando el sistema inmunológico del bebé está más desarrollado, la matronatación se convierte en una actividad beneficiosa tanto física como psíquica y afectivamente, además de muy divertida.
La matronatación es una actividad de estimulación acuática que permite desarrollar y mejorar la coordinación del bebé, a la vez que fortalece la relación con los padres. Como recordaréis, la pasada semana, asistimos a una de sus clases en Barcelona, que contó con un profesor de excepción, el nadador David Meca, y con la colaboración de Dodot. Y, como os dijimos, aquí os hemos preparado este reportaje para que sepáis mucho más de esta modalidad.
Preparación previa
Las clases, que suelen durar entre 30 y 45 minutos (no se recomienda que un bebé esté mucho más rato en el agua de una piscina), se inician con una preparación. Debemos preparar al bebé, poco a poco, para su contacto con el agua de la piscina, que acostumbra a estar más fría que la temperatura ambiente. Y más teniendo en cuenta que lo bañamos normalmente a unos 38 grados. En el borde, se mojan su pies, manos y cabeza, para no generar su rechazo. Después hay que coger al pequeño por debajo de las axilas, de modo que sólo sus pies estén en el agua, y levantarlo suave hacia arriba e ir bajando progresivamente.
Los ejercicios
Aquí vamos a repasar algunos de los ejercicios que se realizan en una clase de matronatación. Uno de ellos consiste en colocar al bebé sobre una tabla o colchoneta que flote en el agua, normalmente sentado o acostado en posición de gateo, según prefiera. Éste momento es bueno para llevar alguno de sus juguetes preferidos, para que se entretenga con ellos.
Otro es el llamado chapotear, que consiste en sostener al bebé por debajo de los brazos, por delante para no perder el contacto visual, mientras él chapotea con piernas y pies.
En una clase, se pueden ejercer otras prácticas como la de acunar con los brazos al pequeño y pasearlo por el agua o la de apoyar su cabeza en nuestro hombre, mientras que con una mano sostenemos su culito y la otra la colocamos en su barriguita o en sus piernecitas para animarlo a chapotear.
Por último, una actividad muy divertida es la situar un juguete en el agua y alejarlo, ante la atenta mirada del bebé, para animarle a ir a buscarlo. A medida que coja confianza, se pueden alejar los juguetes un poco más.
Muy beneficiosa
Cada vez es más conocida y habitual entre los pequeños de hasta 2 años. Y es que les aporta beneficios físicos, psicológicos y sociales. A nivel físico, mejora su coordinación y equilibrio, incrementa su fuerza y amplía la capacidad de su sistema respiratorio. A nivel psicológico, los ejercicios les aportan confianza en ellos mismos, con lo que se sienten más seguros e independientes. A nivel social, empiezan a aprenden a jugar acompañados y a compartir, junto a sus padres.
Podéis encontrar algún centro donde practicarla en: http://www.i-natacion.com/enlaces/esp/escuelas_e.html, así como más consejos y claves en: http://www.i-natacion.com/articulos/matronatacion/bebes.html.